Verduras en Conserva ¿Si o No?

Hoy me he levantado un poco cansada, ¿será el cambio de clima a otoño? Eso imagino, solemos necesitar un poco más de empuje con nuestra alimentación y nuestros complementos alimenticios en estas fechas. El sol es cada vez más débil, y dura menos los días... así que eso conlleva un poco de sentimiento de melancolía que no debemos confundir con tristeza ni nada de ello, ¿ok?  Si sabemos que le pasa a nuestro cuerpo, podemos controlar nuestro estado de animo!
 
Bueno, al lío... ha entrado a Facebook y mi amiga Aurea me ha dado la inspiración para el blog de hoy! Corriendo me he puesto a realizarlo para que cuando despertéis, tengáis un punto de vista diferente.

Las conservas ¿si o no? Bueno, todo depende si son caseras o preparadas de grandes almacenes, si son ecológicas o no, si son congeladas.

Para comenzar ¿Qué son las conservas?, son alimentos almacenados conforme técnicas que se han ido desarrollado mucho para poder disponer de diferentes alimentos en épocas donde no crecen, o llevar ciertos alimentos a lugares donde no es su hábitat natural. Es decir que un esquimal rara vez comería un coco o un plátano, ¿no? O nuestras abuelas con las conservas en tarros de tomate, patata, judías, etc.  Hay diferentes técnicas para conservar los alimentos, especialmente las verduras. (en conserva, congeladas, etc.).

Lo primero que no debemos olvidar es que, los alimentos caducan, y para que se mantengan necesitan de ciertos tratamientos, forma de conservación y manipulación para que podamos consumirlos de una forma sana, sin que las bacterias, moho, etc. afecte el alimento.

Conservar bien los alimentos implica cuidar su calidad, propiedades nutritivas y organolépticas (sabor, olor, color, textura). Pero para esto, muchas empresas alteran los alimentos químicamente para garantizar que parezcan recién cortados.
Generalmente vienen en latas, cristal, en vinagre, etc. o como la leche que viene pasteurizada. La pasteurización, la cocción y la esterilización son procesos mediante los cuales se destruyen los microorganismos que nos pueden producir intoxicación. Pero aún así es conveniente que los alimentos pasteurizados, una vez abiertos, se deben consumir a los 2-3 días pero siempre bajo temperaturas de refrigeración; incluso antes de ser abiertos ya deben estar en el frigorífico.
  
Por otro lado, la forma de la abuela solía ser a baño maría y cocción, que simplemente es la operación culinaria que se sirve del calor para que un alimento sea más sabroso y apetecible, favoreciendo también su conservación. Gracias al calor se consigue la destrucción de prácticamente todos los agentes causales de enfermedades que se encuentran en los alimentos crudos.

LAS VERDURAS personalmente las prefiero CONGELADAS antes que en conserva de lata o cristal, por comodidad. Pero donde esté lo natural!!! El sabor, y textura de los alimentos cambia una infinidad, aunque sus nutrientes tengo mis reservas.

Así que por lo mismo os hablare de mi método favorito! VERDURAS CONGELADAS

Para mi, las verduras congeladas son una opción saludable y cómoda que tengo de incluir los vegetales en mi dieta. Mi estilo de vida actual, hace que no pueda tener un huerto en casa y la verdad es que, las pobres verduras morirían :(  por mi falta de tiempo en cuidarlas y en realizar esa limpieza minuciosa para cocinarlas después. Así que por lo miso tengo que agradecer (no mucho) a la industria alimentaria que me ofrece una amplia variedad de fruta y verdura congelada de fácil preparación y que puedo disfrutar en cualquier momento del año.
Pero, ¿Por que me gusta más el Proceso de congelación de las verduras?
Lo que se es que, una vez recolectadas (las verduras) se transportan a las fábricas donde se lavan y se limpian, eliminando las partes no comestibles y los restos de tierra y suciedad. Luego, se someten al blanqueado o escaldado, que consiste en sumergirlas en agua hirviendo durante un tiempo breve, con lo que se consigue inactivar las enzimas que intervienen en las reacciones químicas de las verduras, alargando de esta manera la vida del producto.

Aunque es cierto que, en esta fase se producen pérdidas de vitaminas del grupo B y vitamina C, que son las más sensibles a este tratamiento, pero por lo que tengo entendido la pérdida es menor que la que resultaría de la manipulación de  verduras frescas en grandes superficies. (Que también las congelan en cámaras frigoríficas muy altas, y muchas veces les ponen productos abrillantadores para que luzcan geniales en el súper, pero es pura farsa y contaminación química); otra cosa son los huertos ecológicos (si quieren mas info sobre ello háganmelo saber).

Pero seguimos con el último paso, es la congelación o la ultracongelación de las verduras, según el tiempo empleado en el proceso. La ultra congelación es más rápida y produce menos alteraciones en la estructura del alimento, ya que los cristales que se forman son de menor tamaño que en una congelación lenta

. Así que, una vez congeladas deben conservarse a una temperatura de -18º C y para mantenerlas en buenas condiciones no debemos interrumpir la cadena del frío.

 
Pero a todo esto, ¿Qué veo en comparación con las verduras frescas? Aunque suelen considerarse de menor calidad y valor nutricional que las verduras frescas, las verduras congeladas ofrecen una serie de ventajas que me parecen muy interesantes 
Su Valor nutritivo: Desde que las recolectan hasta su congelado, pasa poco tiempo, normalmente unas horas, mucho menos que el que pasa hasta que las verduras frescas llegan a la mesa, que puede ser de varios días o incluso semanas.

Este rápido procesamiento hace que los nutrientes se mantengan prácticamente intactos en las verduras congeladas y su contenido en algún caso llega a ser superior al de las verduras frescas.
Por ejemplo, la cantidad de vitamina C que aportan las espinacas frescas consumidas a los tres días de su recolección es menor que la que proporcionan las espinacas congeladas. La vitamina C y las vitaminas del grupo B son las más sensibles a este tratamiento, lo cual para los bariátricos considero que es mejor la opción de verduras congeladas. En el caso de la vitamina B6, su contenido puede disminuir hasta en un 40%.
Tanto las verduras congeladas como las frescas aportan una pequeña cantidad de energía, sobre todo a expensas de los hidratos de carbono, seguido por las proteínas. El aporte de grasa es prácticamente nulo y no contienen colesterol. La fibra presente en las verduras es recomendable para las personas que padecen estreñimiento, ya que contribuye a regular el tránsito intestinal.

Precio: Puede parecer que las verduras congeladas son más caras que las que compramos frescas, pero yo suelo tener en cuenta que las primeras me implican no tener que desperdiciar y tirar, y siempre están casi listas para consumir, mientras que en el precio que se paga por un kilo de verduras frescas se incluyen también las partes no comestibles, y que muchas veces se nos caducan en el verdulero, o sale moho. Un ejemplo son mis pobres pimientos de esta semana (os dejo la receta aquí), que en menos de un par de días siguieron su curso natural, hasta que terminaron en el horno.
 Contenido en microorganismos: Los tratamientos a los que se someten las verduras antes de ser congeladas, como el lavado y el blanqueado, disminuyen la carga de bacterias. La congelación reduce la velocidad de crecimiento de los microbios, no los destruye. Para evitar que los gérmenes vuelvan a reproducirse es importante mantener la cadena de frío y no volver a congelar las verduras una vez descongeladas. Las verduras frescas cuando nos llegan, presentan restos de tierra y otros desperdicios, por lo que antes de ser consumidas las limpio cuidadosamente.

La comodidad y facilidad en la preparación de las verduras congeladas, el ahorro de tiempo en la cocina y la posibilidad de encontrarlas en el mercado en cualquier estación, son otras características que me mueven a en el momento de elegirlas frente a las verduras frescas.

Mantener sus cualidades
Para obtener un producto con unas cualidades  de sabor y textura adecuados, hay que seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a su conservación y preparación, manteniendo en todo momento la cadena de frío. Es importante respetar el plazo máximo de almacenamiento indicado en el envase, que suele situarse alrededor de los 12 meses si se guardan en un congelador a 18º C bajo cero.

Su preparación es tan sencilla como echarlas sin descongelar en agua hirviendo con sal durante unos minutos. Para evitar una pérdida de nutrientes importante es recomendable emplear poca cantidad de agua. También se pueden cocinar en el microondas, de lo que me he convertido en una experta desde hace mucho hasta para poder realizar guisos sin grasa. (de esto ya os iré contando).

En fin espero que mi punto de vista, pueda esclarecer y servir para llegar a una opinión más!!
Cualquier duda podéis escribirme!

Un besito;
Stephy

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios me hacen ser mejor persona para poder ayudar a los demás..